Mientras el Partido del Trabajo presume músculo, cuadros visibles y aspiraciones propias rumbo a 2027, una frase lo derrumba todo:

“Al PT no le alcanza solos para querer ganar la gubernatura de Tlaxcala en 2027.”

La sentencia no vino de la oposición, ni de algún analista incómodo, sino del propio diputado federal petista José Alejandro Aguilar López, uno de sus perfiles más visibles.

Y sí, aunque reconoció su interés en contender por la gubernatura, también admitió que su partido necesita aliados, que debe esperar tiempos, medir respaldos y evitar improvisaciones. En política, ese tipo de cautela no se llama prudencia… se llama fragilidad.

Mientras en su momento, Irma Garay fue “destapada” como aspirante a la gubernatura del PT en un acto de fuerza y discurso combativo, el otro rostro del partido —Aguilar López— baja el volumen, pide paciencia, no levanta la mano… y admite que solos no llegan.

Una unidad  con los Garay, que, por cierto, no lo incluyó.

Entonces, ¿cuál es el verdadero PT?

¿El que dice que ya no necesita de Morena?

¿O el que asume, con resignación, que sin Morena no hay competencia?

La doble narrativa deja al descubierto una estructura dividida entre el deseo de figurar y la conciencia de sus propios límites.

Porque mientras Garay camina comunidades y hace política de tierra, el otro liderazgo del PT calcula, duda, tantea el terreno. Y lo dice un político que ha ganado todas las elecciones que ha disputado.

Que el PT creció en 2024, sí. Que tiene cuadros, también. Pero confundir inercia con fuerza propia es un error de cálculo político.

La frase de Aguilar López no fue una ocurrencia. Fue una advertencia realista.

Hoy el PT quiere la gubernatura. Pero no puede ganarla solo. Y eso, en política, no es pecado.

Lo grave es que unos finjan que sí…

Y otros ni siquiera estén listos para intentarlo.

Porque entre el discurso de fuerza y la admisión de debilidad, el PT corre el riesgo de quedarse en medio: sin candidatura, sin narrativa… y sin futuro.

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 LA CAMINERA… Carambola de tres bandas…Javier Rivera Bonilla, alcalde de Apizaco, presumió ante la gobernadora un superávit “histórico” de 19.8 millones de pesos en la Capama, en comparación al anterior gobierno panista. El golpe, aunque sin nombres, iba dirigido: Pablo Badillo y Carlos Hernández, responsables del trienio anterior, recibieron la pedrada sin necesidad de mencionarlos.

Rivera Bonilla jugó sus cartas con precisión y con números: 51% más ingresos que sus antecesores, 28 millones recaudados en 2024 frente a los 18 del año pasado. Todo lo dijo frente a Lorena Cuéllar, sin perder la oportunidad de calificar su gestión como «inspiradora».

Mientras tanto, los aludidos —Pablo y Carlos— callan. Y Lorena Ruiz, diputada que sueña con sucederlo, solo sonríe en la fila del evento.

Aún no llega el 2027, pero los dardos envenenados ya se lanzan sin pudor. Y la carambola apenas comienza.

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AHORA SÍ, LA ÚLTIMA Y NOS VAMOS...Un relevo cuestionado en la Secretaría de Infraestructura. Apenas estaba disfrutando su nombramiento… y ya le estaban dando la bienvenida.

Fue el periodista Fabián Robles, del portal Faro Tlax, quien le recordó que en política el pasado siempre cobra factura.

Eduardo Rubén Hernández Tapia, señalado por posibles actos irregulares durante su paso por la Segob federal, fue designado como nuevo titular de la Secretaría de Infraestructura en Tlaxcala. Su nombramiento llegó tras la salida discreta del jalisciense Diego Corona, que el gobierno estatal no dio a conocer cinco días, fiel al estilo del silencio que los caracteriza.

Y mientras varios apenas lo googleaban, un dato encendió las alarmas: el mismo día que ingresó a la administración de Lorena Cuéllar, compró de contado un Buick Envision de 500 mil pesos.

Podrán decir que tiene derecho a comprarse lo que quiera… pero el discurso de austeridad de la 4T queda hecho trizas.

¿Mérito técnico o premio anticipado?

La opacidad del proceso, el perfil del nuevo secretario y su pasado reciente reavivan las dudas sobre la ética y los criterios con los que se reparten los cargos en el gobierno morenista.