Siempre ha sido el chambelán de la quinceañera en todas las fiestas políticas. Está ahí, sonríe para la foto, acomoda el vestido y levanta la cola del poder, pero nunca baila el vals principal.

El Partido Verde en Tlaxcala le apuesta siempre al que se perfila como ganador, pero de ahí no pasa: acompaña, aplaude, sopla las velas… pero no corta el pastel.

Sí, ha ganado municipios importantes como Huamantla y San Pablo del Monte, y ha tejido presencia en el Congreso local, pero aún le falta dar ese paso de aliado útil a protagonista con peso propio. Porque si algo ha aprendido el Verde en Tlaxcala es a sobrevivir a todos los gobiernos, sin importar el color. Es el camaleón político por excelencia: siempre encuentra una rama donde colgarse.

Y ahora, el Verde acaba de mover sus fichas.

La llegada de Fernando Castellanos Cal y Mayor como delegado nacional, Mariela Elizabeth Márquez como secretaria general y Jaime Piñón Valdivia como coordinador de vinculación con el CEN no es un simple cambio administrativo: es un mensaje directo al 2027. También juega ahí el actual alcalde de Huamantla, Salvador Santos, con la llegada de Tania Díaz Flores.

La jugada tiene historia. La posición de Castellanos Cal originalmente estaba reservada para Sergio González Hernández, el exsecretario de Gobierno y operador cercano a Lorena Cuéllar. Pero ya se sabe: en política, del plato a la boca se cae la sopa.

Los grupos internos operaron y bloquearon la llegada de González Hernández, que soñaba con “rescatar” un partido que durante años manejó la eterna diputada Maribel León Cruz, experta en pasar inadvertida con un perfil bajo, quien no pudo evitar la salida de una diputada.

Pero quien verdaderamente controla el partido es Jaime Piñón Valdivia. Exdiputado, operador silencioso y pragmático hasta el hueso. El relevo frustrado de Sergio González dejó claro que el timón del Verde ya no está en Tlaxcala, sino en la oficina nacional del partido, y ahí Piñón sabe venderse… para bien o para mal. Quienes saben de esto manejan que le tendió la cama al operador lorenista y ni cuenta se dio.

Cuando Piñón Valdivia repite que el objetivo es “fortalecer la alianza con la Cuarta Transformación”, algunos escuchan fidelidad. Otros, experiencia: el Verde nunca rompe, solo se acomoda.

Pero algo huele distinto. Morena llega dividida, la gobernadora Cuéllar enfrenta desgaste, y los operadores del Verde ven el hueco. Sobre todo si el delfín de la mandataria local no logra la ansiada candidatura, el Verde puede ser la opción, y el 2027 podría marcar un punto de quiebre con una estructura del exgobernador Alfonso Sánchez Anaya puesta al servicio del hijo, y la franquicia pase de ser guinda a verde.

El escenario está listo. Los verdes ya están en posición.

La pregunta, más vigente que nunca:
¿Seguirán cargando el vestido de la quinceañera… o se atreverán, por una vez, a bailar en el centro de la pista?

El vals está por comenzar.

Falta saber si Alfonso Sánchez quiere bailar o si Cuéllar juega a un plan B.

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LA CAMINERA….El respaldo…Mientras en el Verde sueñan, el alcalde de Tlaxcala, Alfonso Sánchez García, recibió el total respaldo de la gobernadora Lorena Cuéllar para continuar con obras de infraestructura en la capital. Durante la reinauguración de la cancha multiusos en Ocotlán, ambos anunciaron el próximo reencarpetamiento del Bulevar del Maestro, una de las vialidades más importantes de la ciudad.

La jugada es obvia, bajarle al malestar de los capitalinos que se sienten defraudados con la marca de Morena, y para muestra basta los resultados de la empress Numética que entrevistó a mas de 450 habitantes del municipio con el tema de la remodelación del parque de la Juventud y cuando preguntó que opinaban sobre los cuatro años de Cuéllar, las respuestas fueron lapidarias.

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AHORA SÍ, LA ÚLTIMA Y NOS VAMOS.¿Y ahora qué pasará con ellos? La decisión de Lorena Cuéllar fue clara: bajó del juego a tres de sus más visibles aspirantes a la sucesión, Carlos Luna, Carlos Augusto y Homero Meneses para que se sumen al proyecto de Alfonso Sánchez García. Los dos primeros mostraron obediencia, y el tercero aun no se sabe por dónde se irá, pues la fractura entre Homero y Alfonso es evidente, por el trato que ha recibido del equipo del alcalde capitalino.