En Tlaxcala ya no sorprende que te roben. Lo que sorprende es que todavía haya quien crea que denunciar sirve para algo.

La noche del miércoles, un trabajador del Hospital del ISSSTE dejó su vehículo estacionado en la calle del Canal, en San Gabriel Cuauhtla. Lo encontró sin dos llantas, con el cristal roto y con esa frase que resume la realidad de miles: “Un amargo sabor de boca e impotencia es lo que siento.”

Ese amargo sabor no es sólo suyo. Es el sabor cotidiano de vivir en un estado donde las calles oscuras se han convertido en el mejor aliado del delincuente, y donde el ciudadano camina por su colonia con más miedo que esperanza.

Y aquí aparece el dato que debería encender alarmas, focos y hasta sirenas, pero parece que las autoridades no leen: según la ENVIPE 2025, el 53.3% de los tlaxcaltecas identifica la mejora del alumbrado público como la acción número uno para sentirse seguros. La mitad del estado gritando algo tan básico como “¡prendan la luz!”, mientras las autoridades siguen presumiendo operativos que nadie ve y resultados que nadie siente.

Mientras tanto, en el mundo digital, el termómetro social no miente: la inseguridad es el tema más mencionado, el que más enoja, el que más se comparte, acaparando el 28.63% de toda la conversación de la semana, de acuerdo con la escucha digital más reciente de Impulso Mercadológico.

No hace falta buscarle más pies al gato. La gente no habla por hablar: habla porque está cansada, harta, y porque la violencia ya forma parte del paisaje diario.

Pero aquí está lo más revelador: la inseguridad escolar ni siquiera aparece entre las principales preocupaciones digitales, porque antes de preocuparse por la escuela, el ciudadano está tratando de llegar vivo a su casa. La batalla está en la calle, en la colonia, en el camino al trabajo… y, como ya vimos, en la simple decisión de estacionar un automóvil.

En Tlaxcala capital, y en todo el estado, la noche no es lo que da miedo.

Lo que da miedo es la falta de luz, la falta de patrullas, la falta de resultados.

Y lo peor es que, mientras el ciudadano paga los platos rotos  o las llantas robadas, el gobierno parece convencido de que todo “va por buen camino”.

El amargo sabor de boca del trabajador del ISSSTE hoy es la metáfora perfecta de lo que vive Tlaxcala: amargo, impotente y a oscuras.

Ojalá que el alcalde capitalino, Alfonso Sánchez García que aspira a ser gobernador se ponga las pilas y atienda estas alertas rojas. Que le llame la atención a su directora de seguridad y al presidente de comunidad de San Gabriel Cuauhtla, porque no puede ser que los hampones trabajen con toda la tranquilidad del mundo en esa zona..

Que la gobernadora Lorena Cuéllar ponga a trabajar a su secretario de Seguridad, Alberto Perea Marrufo, porque no da una. No se perciben recorridos, ni presencia, ni incomodidad para los delincuentes.

*****

LA CAMINERA… Otra del Marino Perea. Un gobierno con errores… y un secretario distraído.

La abrupta cancelación de la inauguración de la nueva Secretaría de Seguridad volvió a exhibir las grietas que el secretario Alberto Perea Marrufo intenta tapar con discursos.

Perea no estuvo al pendiente del avance de la obra encargada al poblano Edgar Nava y jamás advirtió que el edificio simplemente no estaba listo. El resultado: más de 500 invitados, desayuno pagado… y un ridículo institucional que pudo evitarse con tantita supervisión.

Mientras la ciudadanía exige seguridad, en la cúspide del mando se acumulan errores que cuestan dinero, credibilidad y paciencia. Otra prueba de que la inseguridad no sólo se combate en las calles, sino también en los escritorios donde hoy falta visión, control y liderazgo.

Y lo más preocupante es el silencio de la mandataria. La gobernadora Lorena Cuéllar ha decidido aguantar estos tropiezos como si nada pasara, sin jalarle las orejas a un secretario que ya acumula más resbalones que resultados.

Al tolerar fallas tan básicas, el mensaje que se envía es claro: en la cúpula del gobierno la improvisación tiene permiso y la exigencia quedó archivada. Mientras tanto, la seguridad, esa que debería ser prioridad absoluta, sigue a merced de omisiones que nadie parece dispuesto a corregir.

¡Ay, Perea! Primero se te escapa el director de los Ceresos, y ahora el ridículo de invitar de forma pomposa a la inauguración de la nueva Secretaría de Seguridad Ciudadana y la Academia de Formación, Capacitación y Profesionalización para las instituciones de seguridad del estado… y cancelarla de último momento.

*****

AHORA SÍ, LA ÚLTIMA Y NOS VAMOS… Qué pasa en Tlaxcala.Un hombre apareció baleado en San Vicente Xiloxochitla, Nativitas. La víctima, Alfredo N., aseguró que fue privada de la libertad en Santa Anita Huiloac, Apizaco, golpeada y luego abandonada en la región.

El caso encendió alertas entre vecinos que no están acostumbrados a episodios de violencia de este calibre y que exigen mayor vigilancia.

Otro hecho que deja claro que la inseguridad ya no respeta fronteras municipales… y que el mapa rojo del estado sigue creciendo.