La ex candidata a gobernadora de la alianza fallida «Unidos por Tlaxcala» asumió este martes la dirigencia estatal del Partido Revolucionario Institucional, y recibe a un instituto político en crisis luego de ser derrotado por la morenista Lorena Cuéllar Cisneros, y no se ha levantado desde entonces.

A decir verdad, no significó una gran sorpresa pues desde hace meses había la versión de que de un momento a otro sería ungida.

El nombramiento de su nuevo presidente, o presidenta, era un clamor generalizado de los priístas, ya que todo mundo tenía claro que Óscar Amador sería removido, por lo que resultaba ocioso tratar de generar acuerdos con él, de hecho, el PRI se encontraba en un aletargamiento luego de la renuncia de Noé Rodríguez Roldán quien, como ya sabemos, se incorporó al gobierno federal.

El otrora poderoso partido ha sufrido de todo en los últimos años, desde traiciones, desbandadas y muchas voces señalan que está en ruinas, intubado y en terapia intensiva.

Anabell Ávalos Zempoalteca ya sabe cómo se la gastan en el tricolor, y su discurso de unidad y buena onda no servirá de nada si no hay una operación cicatriz a fondo, sobre todo con aquellos que se sienten agraviados con su llegada, además de todos aquellos a quienes acusó de traición ante su derrota electoral del año pasado, por lo que también deberá olvidar los agravios anteriores si la cohesión es en verdad una de sus prioridades.

El evento nos recordó al PRI de los triunfos contundentes, al que se distinguía por la disciplina de sus cuadros, al de la militancia con lealtad desmedida… las mismas prácticas que no necesariamente responden a un partido que hace mucho evidentemente ya no es el mismo y al que le urge una transformación profunda.

El viejo ritual priísta, con rostros de liderazgos ya cansados, sin el relevo generacional, y con ausencias visibles como la de los últimos ex gobernadores, Mariano González Zarur, Marco Antonio Mena Rodríguez y la propia Beatriz Paredes Rangel, esta última con parte de su equipo acompañando a la ex alcaldesa capitalina, como lo es el ex presidente municipal de Chiautempan, Fermín Sánchez Varela, y la legisladora Blanca Águila, quien inclusive fue la encargada de clausurar el acto.

Tampoco acudieron los dos diputados locales Fabricio Mena Rodríguez y Diana Torrejón, la segunda en calidad de coordinadora de la bancada legislativa, y quienes se espera realicen este miércoles un pronunciamiento sobre la llegada de Ávalos Zempoalteca al PRI. Ambos no compaginan con la ex titular de la extinta Sedesol, y el discurso puede ser duro, pues consideran una imposición su designación.

Otro que no llegó fue el actual diputado federal Mariano González Aguirre, quien mantiene un grupo al interior, por lo que será importante conocer si se suma, o de plano se hace a un lado.

El discurso de Ávalos de más de 20 minutos, no fue nada nuevo, siempre apostando a la unidad, y con un llamado a la Gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros al respeto del partido, así como a diputados locales y federales, que existan resultados y que no reduzcan presupuestos, pero no fue más allá.

Reconoció que recibe un partido que atraviesa un momento difícil, sin embargo, pidió dejar eso atrás y dirigirse a una etapa inclusión y empatía llamó a quienes en su momento abandonaron al partido a regresar y sumarse nuevamente al tricolor para comenzar una batalla rumbo al 2024.

Otra vertiente que enarboló la nueva presidenta es la cercanía con la gente, lo cual es imprescindible si quiere posicionarse ante un electorado cada vez más apático. Esa es una fortaleza del PRI, ya que históricamente se ha caracterizado por la solidez de sus estructuras territoriales, que le permitió mantenerse como un partido hegemónico durante tantos años.

Las lecturas de este nombramiento son muy variadas, hay quien afirma que éste le asegura encabezar la fórmula al Senado por el PRI, o incluso por la coalición opositora si se llegara a concretar; por el contrario, otros más opinan que su arribo al cargo se deriva de acuerdos entre grupos para que ceda esa posición en favor del esposo de la inminente candidata al gobierno del Estado de México.

Con todo eso, no es nada halagador el escenario, con una gobernadora morenista dispuesta a ganar todo en las urnas y llevarse carro completo.

Lo que resulta innegable es que el estado necesita un PRI fuerte, sólido, renovado, que pueda representar una verdadera oposición al partido en el gobierno; los pesos y contrapesos son imprescindibles en una democracia.

Habrá que darle el voto de confianza a una política como Anabell Ávalos para demostrar su capacidad de rescatar a un partido moribundo, y regresarlo a la competencia, o bien ponerle el último clavo. Al tiempo.

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La Caminera…. Mensajera… No llegó el ex gobernador Mariano González Zarur a la asunción de Anabell Ávalos como presidenta del PRI, pero su mensaje en el oído de la ex alcaldesa capitalina sí. Presta, una ex funcionaria marianista se acercó para decirle palabra más, palabras menos, que cuenta con todo el apoyo, lo que le arrancó una sonrisa a la priísta. Tras eso, la mujer de nombre similar a la Madonna Latina, fue acomodada en la zona preferencial, aunque fue levantada y mandada a otra silla para que colocaran a la ex diputada local Zonia Montiel Candaneda.

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Ahora sí, la última y nos vamos... Hay presupuesto en el PAN… ¡Vaya que hay presupuesto en el Partido Acción Nacional de Tlaxcala para contratar voceras, pues ahora resulta que hay dos en el puesto!

Una es la ex portavoz del municipio de Apizaco Gabriela García, y otra es la que se desempeñaba como directora de Relaciones Públicas en el gobierno morenista de Amaxac de Guerrero, quien ya se presentó como tal ante algunos medios de comunicación.

El reto para el 2024 será mayúsculo para quienes ocupen estos puestos de voceros, que requieren ya no solo redactar un boletín, sino implementar estrategias de comunicación, y ¡vaya! que el albiazul requiere una comunicación casi perfecta.