En un país polarizado por el mismo presidente al calificar a los mexicanos de #fifís» y «chairos» en nada abona el desplegado de gobernadores morenistas, entre ella la propia tlaxcalteca Lorena Cuéllar, quienes señalaron de  facciosos y al servicio de una minoría a los que hace 15 días  marcharon en contra de desaparecer el Instituto Nacional Electoral.

Este lunes amanecimos con dos marchas masivas y un país dividido entre quienes apoyan la democracia concebida por la 4T, y aquellos que se oponen a lo que consideran un régimen con los mismos vicios de antaño.

El señor López Obrador, se dio este domingo un baño de masas en la marcha convocada por él mismo en respuesta a la manifestación de hace tres semanas en favor del INE.

Un presidente que, de acuerdo con todas las encuestas, mantiene un nivel de aceptación muy alto, no tiene necesidad de “mostrar músculo” con una marcha que, como todos sabemos, fue orquestada y financiada por el gobierno federal y los gobiernos estatales de la 4T.

¿No resulta ofensivo el dispendio de recursos para tal fin, cuando hay tantas necesidades en el país?
¿Acaso el acarreo no es parte de las viejas prácticas del antiguo régimen que tanto han luchado por erradicar?

¿Qué busca al calificar de clasistas, racistas, conservadores, o cualquier otro que quiera usar?

Vale la pena echarse un clavado a las redes sociales para darse cuenta de que con este acto se ha polarizado aún más a los mexicanos.

A nadie le sorprenden las imágenes de los miles y  miles de asistentes, todos lo esperábamos, se trataba realmente de un acto de gobierno… en los hechos ¿Qué ganó realmente con ello?

Algunos aspirantes a suceder a su jefe político, como la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum,  el  secretario de Gobernación, Adán Augusto López, y el canciller Marcelo Ebrard también acudieron a la cita, no perdieron la oportunidad de placearse durante las siete horas que duró el evento político.

Contingentes de todo el país, entre ellos Tlaxcala marcharon para mandar el mensaje de que AMLO no está solo, aunque su reforma electoral solo va a depender de 500 miembros de la cámara baja del Congreso de la Unión, batalla que tiene perdida hasta el momento.

El tiempo dirá si la estrategia del señor AMLO de sacar a las calles a sus simpatizantes para mostrar músculo fue la correcta, lo cual se demostrará en las urnas.

Lo único cierto es que la narrativa que vive el país y la batalla de la 4T es entre mayorías y minorías. ¿De qué lado están?

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La caminera...El cascabel…Fiel a su estilo de ser alumna de Maquiavelo, la mandataria Lorena Cuéllar mandó invitación a los presidentes de partidos opositores para que acudan a su primer informe de gobierno el próximo cuatro de diciembre. Como es lógico en la jugada esperada en el tablero político,  los dirigentes partidistas han comenzado a declinar el acudir al acto político como ya lo hizo en conferencia de prensa, la presidenta del PAN Miriam Martínez Sánchez, y seguramente lo harán el PRI, PRD, y MC.

Lo cierto es que la narrativa de los opositores es desairar a la morenista, cuando en los hechos su obligación es acudir a conocer de forma directa lo que van a presentar como avances del primer tramo de administración, y al término colocar su postura si están de acuerdo o no, pero en fin cada quien es responsable de su estrategia.

El cascabel al gato fue colocado en el ajedrez morenista y parece que logró su cometido, pues nadie se mueve para que suene.

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Ahora sí, la última y nos vamos…¿Secretario eficaz? ¡Vaya! que el titular de Impulso Agropecuario (SIA), Rafael de la Peña Bernal no las ha tenido todas consigo, luego que el pasado viernes tuvo que ser «rescatado» por el secretario de Gobierno, Sergio González Hernández a las puertas de Palacio de los campesinos que lo llevaban caminando a fin de que fueran atendidos de forma directa por la mandataria estatal en sus peticiones  de apoyos a quienes  perdieron sus cosechas en el pasado ciclo agrícola.

Ya fue desconocido por los dirigentes de organizaciones campesinas, y el pasado fin de semana lo notorio fue el contacto de campesinos y granaderos en la puerta donde despacha el funcionario encargado de la política interna del estado.

Una pregunta. ¿Sigue siendo útil un secretario que en lugar de dar soluciones, da problemas?