Las cifras oficiales dicen que Tlaxcala es el estado más seguro del país y la narrativa de que no hay delincuencia organizada se mantiene a ultranza desde la Secretaría de Gobierno.
El discurso se repite una y otra vez como para que se anide en la mente del ciudadano.
Sin embargo, la realidad cotidiana da una bofetada y una cubetada de agua helada en el rostro de las autoridades de todos los niveles.

Se ha viralizado en redes sociales un video en plena capital del estado donde residen los Poderes y a unos metros de la casa de Gobierno donde duerme la mandataria morenista Lorena Cuéllar, se aprecia el cuadro de un hombre baleado dentro de una vinatería en Tlaxcala Capital para intentar asaltarlo.
El hecho delictivo ocurrió cuando un masculino fue herido de bala tras resistirse a un atraco al momento en que salía de una vinatería junto con su acompañante, el pasado viernes 21 de junio, en el municipio de Tlaxcala.
Los hechos ocurrieron alrededor de las 20:30 horas, en la vinatería con razón social «California», ubicada en el bulevar Guillermo Valle.
A través de un video que circula en redes sociales, se logra observar cómo tres sujetos interceptan a una pareja que había comprado en el establecimiento y salía del mismo para subir a su automóvil que se encontraba estacionado y del cual desciende una mujer que acompañaba a la pareja.
Los maleantes forcejearon con el hombre para tratar de arrebatarle las llaves de su vehículo y, posteriormente, la víctima se resguarda al interior de la vinatería donde uno de los hampones le dispara en una de sus piernas.
El trío de sujetos despoja a la femenina de sus pertenencias de valor y luego huyeron a pie rumbo a la zona de La Garita.
Los delincuentes usaron gorra y cubrebocas para evitar ser identificados.
Y ese sólo es uno de los casos violentos en las últimas semanas y que pone en entredicho la estrategia de seguridad que se aplica en esta entidad.
Las estadísticas pueden reflejar que, efectivamente, el número de delitos es el más bajo en toda la República, pero lo que esas cifras no desmienten es que los delitos existen y que golpean a muchas familias tlaxcaltecas.
Más allá de los discursos que los funcionarios puedan expresar en todos sus actos públicos, la realidad es que hay muchas familias lastimadas por el crimen. ¿Qué decirles, por ejemplo, a aquellas en cuyo seno ha desaparecido una de sus integrantes? ¿decirles que Tlaxcala es la menos afectada por los delincuentes? Repetirlo, como lo hacen esos funcionarios, refleja insensibilidad e indolencia.
¿Un ciudadano común siente la misma seguridad que la titular del Ejecutivo, que el secretario de Gobierno, que la procuradora General de Justicia o que el secretario de Seguridad Ciudadana? Por supuesto que no. Los funcionarios cuentan con camionetas blindadas y tienen escoltas a su servicio, cosa que una persona común y corriente no tiene.
Que una niña o una adolescente o una mujer adulta salgan de su domicilio y no regresen, ya resulta una tragedia, no sólo para una familia sino para el estado mismo. Imagine usted, entonces, que en los últimos tres años un total de 147 mujeres han desaparecido.
No lo imagine, esa es la realidad en Tlaxcala. En territorio estatal, durante los últimos tres años han desaparecido 389 personas, de las cuales 147 son mujeres; es decir, el 38 por ciento del total, de acuerdo con estadísticas de la red Lupa, espacio digital para el seguimiento y vigilancia de la Ley General en materia de desaparición forzada de personas y desaparición cometida por particulares.
Pero es todavía más grave que al 15 de mayo de este año, el número de personas desaparecidas haya incrementado sustancialmente.
Mire usted: en 2022 fueron reportadas 104 personas desaparecidas, de las cuales 43 de ellas fueron mujeres; en 2023 fueron 127 personas de las que 44 fueron mujeres; y al corte del 16 de mayo de este 2024 un total de 158 personas han desaparecido, de las cuales 60 son mujeres.
¿Por qué han crecido a tales números las desapariciones en el estado de Tlaxcala? ¿Alguna autoridad podría explicarlo, no con discursos, sino con algo que más llegue a la sensibilidad de aquellas familias afectadas?
Ahora bien, como es de esperarse en estos casos, la responsabilidad no sólo es de las autoridades estatales, sino que es compartida con las autoridades municipales.
¿Qué tiene que decir Maribel Pérez Arenas ante el hecho de que Tlaxcala capital concentra la mayor cantidad de casos de personas desaparecidas y que para mayo de 2024 continuó como el municipio con más casos, pasando de 22 a 28 casos? ¿Se lavará las manos y pasará la responsabilidad a quien asumió las riendas en agosto de 2021, Jorge Corichi Fragoso?
¿Y qué nos tienen que decir el alcalde de Apizaco, Pablo Badillo Sánchez, donde hasta mayo de este años se registraron 17 personas desaparecidas; o de San Pablo del Monte donde hubo 10; o de Calpulalpan y Huamantla, que registraron 7 casos cada uno?
La gravedad de estas estadísticas es el hecho de que las familias viven en la completa incertidumbre por no saber dónde se encuentran sus personas queridas.
Ahora bien, no son las cifras persé lo que únicamente debe preocupar, sino también lo que las personas que forman parte de la Red Lupa y que están activas en Tlaxcala han descubierto: no hay información clara sobre el personal que trabaja en la investigación de estos casos en la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE); cuando las familias solicitan la copia de sus carpetas de investigación suelen esperar mucho tiempo; las autoridades estatales querían cobrar a las familias por tramitarles la declaración especial de ausencia por desaparición; y que los jueces encargados de emitir estas declaraciones no saben usar la figura.
En suma, vemos un discurso en la autoridad que suena hueco e insensible. Es claro que hay algo que está fallando, no sólo en el tema de las desapariciones, sino en el homicidio de personas, en los asaltos y en el robo de automóviles, entre otros más delitos.
Ojalá la autoridad tome en cuenta, con seriedad, el sentir de las familias y actúe en consecuencia. No solo con discursos.
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LA CAMINERA….A casi un mes de la jornada electoral del 2 de junio y una vez que quedaron atrás los apasionamientos de las campañas políticas, resulta preciso hablar de lo que viene para los que resultaron ganadores.
Es bueno disfrutar el sabor de la victoria y por ello muchos de los triunfadores en las urnas han armado tremendas comilonas, con baile incluido.
Pero, los que ganaron, ¿ya saben por qué ganaron? Y los que perdieron, ¿ya saben por qué perdieron?
¿Ya les habrá caído el 20 a los que están a unas semanas de rendir protesta?
Ya veremos si a partir del próximo mes de septiembre se hacen realidad tantos y tantos compromisos que dejaron empeñados los hoy triunfadores en campaña.
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AHORA SI, LA ÚLTIMA Y NOS VAMOS…
Muy desatinado resultó el discurso de Carlos Zurita, diputado federal electo por el Estado de México, durante la celebración de Raymundo Vázquez Conchas el pasado fin de semana.
Es cierto que “El Ray” obtuvo la quinta mayor votación del país rumbo a la Cámara de Diputados, pero eso no significa que eso lo hace aspirante natural al Gobierno del Estado, al menos no por el momento.
No es lo mismo ganar por el arrastre de un partido político en boga, que tener méritos y capacidad para gobernar un Estado.
No dudo de la capacidad de Ray, pero todo tiene su tiempo y ritmo.