Siempre que se acerca la sucesión en Tlaxcala, es natural que lleguen las traiciones, los reacomodos, los silencios incómodos y las alianzas bajo la mesa. En esta tierra pequeña pero intensa, quien aspira al poder ya se mueve, teje relaciones a futuro, toma distancia del pasado y mide cada palabra. Nadie se puede decir sorprendido. Así es esto.

La gobernadora Lorena Cuéllar logró construir un grupo compacto para ganar la elección. Pero su equipo político, carente de acuerdos sólidos y de pericia operativa, ha ido perdiendo brillo y lealtades. Ya se avecinan varias bajas. Muchos de sus cuadros, decepcionados o desplazados, no ven con malos ojos a la senadora Ana Lilia Rivera… o a quien tenga posibilidades reales de llegar al Ejecutivo local.

Uno de esos casos es el del diputado federal Raymundo Vázquez Conchas, quien —aunque lo niegue en público— debe parte de su carrera política a su parentesco con la gobernadora. Fue su cuñado, y eso le abrió puertas. Hoy se muestra como político independiente, dice que no necesita de nadie y se proclama puro. Pero en redes sociales no lo bajan de traidor e hipócrita. La memoria colectiva tiene buena puntería.

Y en ese contexto se da la imagen que desató el temblor político: Ana Lilia Rivera y Raymundo Vázquez, sonriendo juntos, en un evento encabezado por la virtual presidenta Claudia Sheinbaum. ¿Coincidencia? ¿Diplomacia? ¿Premonición?

Una fotografía en política puede valer más que mil discursos… o mil traiciones. Esta, en particular, no es casualidad ni descuido. Es un mensaje. Puede leerse como un acercamiento táctico, una tregua, o el inicio de un nuevo bloque de poder.

Ana Lilia Rivera no necesita presentación. Ex Presidenta del Senado, presencia nacional, respaldo de José Antonio Álvarez Lima y ya teje un grupo fiel en Tlaxcala, y uno de los perfiles mejor posicionadas en las encuestas internas de Morena. Su aspiración a la gubernatura es evidente.

Del otro lado, Raymundo Vázquez —figura emblemática del “lorenismo”— aparece reacomodándose. El mensaje es claro: si Ana Lilia tiene posibilidades reales, él quiere estar del lado correcto de la historia, aunque eso implique cortar amarras con quienes lo impulsaron.

Ambos han tenido caminos paralelos, con momentos de tensión y competencia por espacios. Verlos compartir escenario ahora, con cordialidad, es tan significativo como inquietante. Porque donde hay sonrisas inesperadas, hay acuerdos no confesados.

Esta imagen no se explica sin el contexto nacional. Sheinbaum representa un nuevo eje de poder, y los liderazgos locales ya están tratando de alinearse con su proyecto. La fotografía es un mensaje de posicionamiento ante esa futura reorganización.

En privado, hay quienes ven la postal como una declaración de independencia de Vázquez respecto al “lorenismo”. Otros la leen como el reconocimiento inevitable de que Ana Lilia Rivera deberá estar en la mesa de decisiones rumbo a 2027, le guste o no al grupo en el poder.

Morena en Tlaxcala está sosteniéndose con alfileres. Las fracturas internas, las heridas de la repartición de candidaturas y los liderazgos enfrentados están ahí, contenidos solo por la fuerza de la presidencia. Pero esa contención no durará para siempre.

La verdadera pregunta ya no es si Ana Lilia Rivera quiere ser gobernadora —eso es evidente—, sino quiénes estarán dispuestos a respaldarla… y quiénes harán todo por impedirlo. Entre alianzas rotas, traiciones disfrazadas y viejos rencores, las definiciones comienzan a delinearse.

En esta etapa, una sonrisa puede ser el inicio de una tregua… o de una guerra fría más elegante.

La política es imagen, cálculo y oportunidad. Y en Tlaxcala, la sucesión ya comenzó, aunque nadie lo quiera admitir en voz alta.

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LA CAMINERA….La visita y el contraste…Mientras la presidenta Claudia Sheinbaum recorría Tlaxcala sin camionetas blindadas, como gesto de cercanía, y daba el banderazo a las obras de saneamiento del río Atoyac, uno de los proyectos ambientales más importantes de su sexenio, un cuerpo flotaba en el río. Un cuerpo embolsado en San Pablo del Monte,  y tres robos violentos,  en menos de 12 horas pintaron el verdadero rostro de la inseguridad. La imagen pública fue impecable, pero en las calles, el miedo sigue gobernando. La cara no tan bonita de Tlaxcala no se esconde con discursos, se enfrenta con resultados.

Es evidente que la realidad que se vivió en San Hipólito Chimalpa, constrasta con la que cada tlaxcalteca vive en su día a día.

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AHORA SÍ,LA ULTIMA Y NOS VAMOS... El mensaje de la diputada federal Mariana Jiménez Zamora expresa una fuerte condena al asesinato del policía municipal Aristeo G. en Tlaxco, señalando como causas principales el abandono institucional, la falta de equipo adecuado y el desinterés de las autoridades.

El asesinato del policía municipal Aristeo G. en Tlaxco expone una dolorosa realidad: la precariedad en la que operan muchos elementos de seguridad pública en municipios del estado. La falta de equipamiento, la reducción presupuestal y el abandono institucional los deja vulnerables ante una delincuencia cada vez más violenta. Este hecho no solo exige justicia, sino que debe abrir un debate serio sobre la dignificación de la labor policial. Tlaxcala no puede seguir ignorando el costo humano de la negligencia oficial.