Por Eduardo Sánchez Huerta, Presidente de Comunidad Barrio San Pedro, San Pablo del Monte, Tlaxcala.
San Pablo del Monte es un municipio que destaca por su ubicación estratégica, la laboriosidad de su gente y, sobre todo, por su invaluable identidad cultural. Por generaciones, las manos artesanas han dado vida a expresiones únicas como la talavera y el ónix, tradiciones reconocidas dentro y fuera del país y que representan orgullo para la comunidad.
No obstante, esa riqueza convive con una realidad dolorosa: la inseguridad. En los últimos años, los robos, asaltos y extorsiones han impactado de manera directa en la vida cotidiana de las familias, afectando no solo su tranquilidad sino también la actividad económica y cultural. Talleres artesanales víctimas de atracos, comerciantes extorsionados y familias que limitan sus actividades por temor son ejemplos de cómo la violencia ha penetrado la vida diaria.
Este problema, señaló Sánchez Huerta, también se alimenta de la falta de oportunidades para la juventud, de la precariedad en los servicios públicos y de la insuficiente coordinación entre autoridades. “Mientras eso no cambie, San Pablo del Monte seguirá perdiendo lo más valioso que tenemos: la seguridad de nuestras familias”, advirtió.
El presidente de comunidad subrayó que la transformación de este escenario solo es posible mediante estrategias integrales, que incluyan:
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Fortalecimiento de las instituciones de seguridad con mejor capacitación, equipamiento y certificación policial.
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Prevención del delito y reconstrucción del tejido social.
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Inversión en educación, cultura y deporte, con infraestructura digna que reduzca la deserción escolar.
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Mejor alumbrado público para garantizar seguridad en las calles.
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Promoción y protección de la talavera como sustento de muchas familias, mediante canales de comercialización seguros y justos.
“San Pablo del Monte no puede ser noticia solo por la violencia. Debe ser reconocido por su cultura, su tradición artesanal y la fuerza de su gente. Hoy más que nunca necesitamos rescatar ese orgullo que representan nuestras manos creadoras de talavera, y al mismo tiempo garantizar que vivan y trabajen en un entorno seguro”, enfatizó.
Finalmente, aseguró que como joven san pablense cree en el futuro del municipio: “La inseguridad no debe arrebatarnos lo que somos: una comunidad con historia, identidad y un enorme potencial. Recuperar la paz es posible y en ese esfuerzo todos tenemos una responsabilidad compartida”.


