En un país donde cada elección suele ser sinónimo de pasiones, polarización y participación, sorprende —o más bien, alarma— el silencio que rodea a un proceso tan trascendental como la renovación del Poder Judicial en Tlaxcala.
Una encuesta realizada por la empresa Impulso Mercadológico nos revela lo que ya se sentía en el ambiente: este proceso es prácticamente invisible para la ciudadanía. El 80.62% de los encuestados no sabe que habrá una elección directa para renovar a magistradas, juezas y jueces. Peor aún: del escaso 13.19% que sí tiene conocimiento, solo una mínima fracción puede decir la fecha exacta de la jornada electoral.
¿No deberíamos estar hablando todos de esto?
El Poder Judicial es, al menos en el discurso democrático, el garante del equilibrio, la justicia y el estado de derecho. ¿Cómo puede la ciudadanía elegir a quienes impartirán justicia si no sabe quiénes son, qué proponen o cómo se eligen?
La encuesta también muestra otro dato que debería inquietar a todas las autoridades: el 76.7% de las personas no tiene idea de quiénes son las y los aspirantes. Solo el 2.91% se considera completamente informado. Este no es un problema de apatía, es un síntoma de exclusión informativa.
Y aquí entra el dato más paradójico: las redes sociales son la principal fuente de información para el 73.91% de los encuestados, muy por encima de los medios tradicionales. Eso explica muchas cosas… pero también nos lleva a cuestionar: ¿qué están haciendo el ITE, los propios aspirantes para comunicar con claridad y transparencia?
Porque si el 64% considera que la información es “poco clara y accesible”, y solo el 2% cree que está bien comunicada, alguien no está haciendo su trabajo. O, lo que es peor, alguien está haciéndolo mal a propósito.
El otro gran monstruo en el cuarto es el abstencionismo: el 89.11% no tiene intención de votar. Un dato brutal. Un dato que, si no cambia en las próximas semanas, convertirá esta elección en una simulación democrática. ¿Qué legitimidad puede tener una jueza o un magistrado electo por menos del 10% del electorado?
Y no se trata de desinterés gratuito. La mayoría (60.91%) dice que no participará porque no sabe lo suficiente, o porque no siente que su voto tenga peso. Esa es una responsabilidad compartida por instituciones, autoridades, medios y ciudadanía.
Por último, entre quienes sí votarán, los criterios de elección son razonables: experiencia, formación académica, transparencia. La gente sabe lo que quiere; el problema es que no sabe quién ofrece eso.
El calendario ya está corriendo. Las campañas comenzarán el 29 de abril y terminarán el 28 de mayo. Y si las autoridades quieren rescatar este proceso, deben hacer algo más que emitir boletines. Tienen que salir a las calles, encender las redes, convocar al diálogo y, sobre todo, ponerle rostro y sentido a esta elección que se llevará a cabo el uno de junio.
De lo contrario, lo que se va a renovar no será la justicia… será la indiferencia institucionalizada.
Aquí puedes consultar la encuesta completa.
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LA CAMINERA.…¿Y la seguridad, apá? Un sondeo realizado en este portal, arrojó que más de 400 personas reaccionaron a favor de que el Secretario de Seguridad y la Fiscal General comparezcan ante el Congreso del Estado de Tlaxcala. La exigencia crece: la ciudadanía quiere respuestas, y algunos diputados ya han alzado la voz. En un contexto de creciente inseguridad, ¿no es justo pedir que rindan cuentas? Explicar estrategias, mostrar resultados (si los hay) y, sobre todo, enfrentar el reclamo social. Porque si algo está claro, es que la seguridad no puede seguir siendo un tema de silencio institucional.
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AHORA SÍ, LA ÚLTIMA Y NOS VAMOS...Las ocurrencias de un legislador morenista….“Están mal informadas, las quiero y siempre las voy a respaldar”, dijo el diputado federal Raymundo Vázquez Conchas, cuando se le cuestionó sobre la molestia de mujeres y colectivas feministas de Tlaxcala por votar a favor de que Cuauhtémoc Blanco Bravo mantenga su fuero.
¿Respaldarlas… negando justicia? El legislador elige el afecto superficial antes que la congruencia. Porque cuando se trata de proteger a un compañero señalado, el respaldo a las mujeres se vuelve discurso, no acción. Las feministas no están mal informadas. Están hartas de la simulación, señor diputado.